2 de febrero de 2016

Las Plantillas.

Existen varios tipos de plantillas. Las plantillas que encontramos en cualquier zapatilla (las que vienen de fábrica) son un tipo de plantilla neutra, que nos ayuda a proteger el pie y crear comodidad en la pisada. Son “estándar” que quiere decir que son las mismas para todo el mundo y depende de la marca de la zapatilla hacerlas de una forma u otra, amortiguan más o menos, y difieren poco en las características.

Por otro lado, tenemos las plantillas personalizadas (podológicas), que son aquellas que se realizan a través de un estudio, con un profesional, y que están realizadas “a medida” en función de nuestra pisada o nuestra necesidad para prevenir o proteger una lesión.

El tema del uso o no de plantillas personalizadas para correr siempre crea mucha controversia.

No todo el mundo necesita utilizar una plantilla de este tipo, ya que muchas lesiones pueden curarse con calma, con buen fortalecimiento y con la ayuda del fisioterapeuta. Es decir, no por hacerte una plantilla personalizada en el podólogo, significará que siempre curarás tu lesión, es una herramienta más y una posible solución al problema.

 El uso de una plantilla podológica dependerá del tipo de lesión que tengamos, del tipo de pisada, de nuestro peso, forma de correr… y de muchos factores más. Cada uno somos un mundo, y cada uno necesitamos una cosa, a unos les irá bien, a otros mal.

Con esto, tenemos que entender que no siempre tiene porqué ir bien y ser la solución al problema que tengamos  o lesión.

Por supuesto que si  queremos saber si debemos o no utilizarlas vamos a acudir a un profesional que nos haga un estudio y valore nuestra pisada.

En muchos casos, las plantillas sirven para curar pequeñas lesiones y molestias que no nos dejan realizar actividad física con normalidad, pero en otros pueden hacer que cambiemos nuestra forma de correr y que tengamos otras molestias distintas a las iniciales. Por eso, tenemos que ser conscientes de para qué tipo de lesiones necesitamos o no el uso de una plantilla y como hemos comentado, siempre de la mano de profesionales.


Por supuesto que siempre que vayamos a utilizarlas debemos hacerlo poco a poco, e ir metiéndola en los entrenamientos progresivamente, ya que no deja de ser un cambio en la pisada y debemos acostumbrar al cuerpo.

En conclusión, nuestra opinión es que si te sientes bien, sin dolores, sin molestias y no llevas plantillas podológicas, no hay que rizar el rizo y es correcto seguir sin utilizarlas. Con la plantilla propia de cada zapatilla nos vale.

Si por el contrario, padeces con frecuencia lesiones, molestias, cargas, que se repiten, y no se curan, una posible solución será acudir a un podólogo (al igual que acudimos al fisio, médico…)  para realizar un estudio y quizás la plantilla sea la solución.  





Equipo VG Running

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