Llevas semanas con el dolor en la planta del pie, has
seguido todos los consejos que te han dado y que has leído y continuas con ese
molesto dolor cuando sales a entrenar. ¿Qué más puedes hacer? Es el momento de
pedir ayuda a un especialista! Aunque suponga un gasto económico, piensa que es
el momento de invertir en una recuperación perfecta que te permita seguir
disfrutando del deporte. Existen multitud de tratamientos médicos y
fisioterápicos que te pueden ayudar, pero que precisan de la intervención de un
profesional:
-Vendajes funcionales (Taping) y vendajes
neuromusculares (kinesiotaping). Aunque os parezcan iguales la diferencia va
más allá de que unos sean blancos y otros de colorines…
-Masajes (masaje
de fricción transversal o de Cyriax). Actúa directamente sobre las partes blandas lesionadas del aparato locomotor por lo que puede resultar doloroso, pero tras 3-4 sesiones se pueden comenzar a notar los efectos. Este tipo de masaje, muy utilizado en lesiones deportivas, no sólo tiene efecto analgésico, sino que además favorece la reordenación de las fibras de colágeno y la corrercta cicatrización.
-Antiinflamatorios. Sobre todo en las primeras
6 semanas que es cuando hay inflamación asociada a la lesión. Pueden ser
farmacológicos (ibuprofeno, diclofenaco,
metamizol..), o naturales (harpagofito). Todos ellos se deben tomar
supervisados por un profesional.
-Infiltraciones locales con corticoides. Es un
tratamiento polémico. La anestesia generada tras una infiltración puede
enmascarar un empeoramiento de la lesión durante el entrenamiento, y es cierto
que tanto los corticoides inyectados como la punción en sí misma pueden dar
lugar a desgarros y roturas en ligamentos y tendones, sobre todo si se abusa de
este tratamiento. Sin embargo, realizado por un especialista y en casos
individualizados puede ser útil.
-Tratamientos fisioterápicos con diferentes
tecnologías (ionoforesis, fonoforesis, electroterapia, ultrasonidos, ondas de
choque extracorpóreas…), férulas nocturnas específicas o la inmovilización con
yeso.
-Cirugía. Se plantea si no se consigue alivio
del dolor tras, al menos, 3 meses de tratamiento. El fin de la cirugía nunca es la de quitar el espolón calcáneo, el fin es realizar una fasciotomía o corte en la fascia plantar del músculo, pudiéndose realizar a campo abierto (forma tradicional) o endoscopia.
Dra. Cristina Pérez Martín
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