Ya ha empezado la temporada de invierno. Las competiciones están
a la vuelta de la esquina y muchas veces no sabemos cómo afrontar las mismas.
Siempre que tengamos planificada una competición, debemos
pensar dos cosas:
1-Si la competición la hacemos como un entrenamiento más (competimos
alguna prueba para ver como estamos pero sabiendo que no vamos a ir a tope)
2-Y como su nombre indica, compitiendo, buscando un registro
que mejorar y pensando en dar lo mejor de nosotros.
Lo que hacemos en esos casos es ir a la competición a “medio
gas”, con cansancio acumulado y tratándola como “un entrenamiento más”.
El segundo caso, requiere de una buena planificación. Meter
semanas de carga, para después afrontar una de descarga y llegar descansados.
Esa semana previa a la competición, tiene que estar
planificada en los entrenamientos, ya que consiste en bajar la carga los días
previos, con menos intensidad, entrenamientos en los que “no hay que cansarse
mucho”.
Pongamos el ejemplo de que tuviéramos una carrera de 10 km
un domingo. Llevamos semanas metiendo “caña “al cuerpo. Fuerza, fatlek ,
cambios de ritmo…
Y por fin llega la última semana. Mucha veces queremos hacer
todo los que no hemos hecho antes, nos pensamos que por correr más o entrenar
más fuerte esa semana vamos a estar mejor, pero nos equivocamos.¡ Ya está todo
hecho !
Toca descansar. Seguimos entrenando, por supuesto, pero
siempre con bajas intensidades y sin realizar un gran esfuerzo para no tener
los músculos fatigados.
Podemos realizar unas últimas series hasta 4-5 días antes de
la competición, pero como hemos comentado sin hacer grandes esfuerzos, a ritmos
que controlemos y sin realizar gran cantidad.
En esta semana previa también aumentamos los días de descanso,
si por lo general entrenamos 4 días a la semana (en un periodo normal) la
semana previa podemos permitirnos el lujo de descansar un día más, y tomarnos
los otros dos días de entrenamiento (sin
contar el ultimo de series) de rodajes, uno más largo, y otro previo a
la carrera (dos días antes o el día anterior) de trote muy suave y sin pasar de
los 20 minutos.
En esto no hay unas reglas escritas, si no que cada uno debe
conocerse y debe saber que le viene bien o no.
Por ejemplo, hay corredores que les viene bien descansar dos
días previos a la carrera o el día previo, y otros que su cuerpo les pide ese
pequeño trote de 20 minutos a un ritmo muy
lento.
Debemos ir conociéndonos poco a poco. A base de probar e
investigar acabaremos teniendo una rutina para el resto de competiciones.
¡A por ello!
Equipo VG RUNNING : Rocío Benito
Equipo VG RUNNING : Rocío Benito
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