El
rendimiento de un deportista en el momento de la competición se ve influido en
primer lugar por el tiempo empleado en el entrenamiento y su calidad. Y en
segundo lugar aunque no menos importante, por la gestión emocional que realiza
el deportista en ese momento.

- Por un lado, el control voluntario tanto de las acciones motrices y mecánicas, como de las habilidades personales y repertorio adquirido durante los entrenamientos;
- Y por otro, de los estados emocionales de excitación, tensión y depresión.
¿Por qué conformarse con el 100% de ti mismo si puedes tener el 150%?
Para optimizar los resultados y obtener un extra en la
competición, es importante que seamos conscientes de nuestras capacidades
psicológicas adquiridas, de los recursos aprendidos basados en nuestra educación
y de nuestras aptitudes innatas. Todas ellas juegan un papel importante a la
hora de gestionar los estados emocionales que se dan en las competiciones: excitación, tensión o ansiedad, y depresión.
Antes de darse un estado emocional determinado, actúan los
siguientes procesos psicológicos: atención,
percepción, imaginación, memoria,
recuerdos de eventos similares anteriores, nuestras creencias y pensamientos
a cerca de lo que ocurrirá… todos los procesos reaccionan en nuestra mente al unísono y provocan
resultados medibles en nuestro cuerpo a la hora de competir.
Debemos en este momento echar mano de nuestra capacidad reguladora, que también es adquirida, aprendida y entrenada,
para dirigir nuestra mente en los momentos importantes de competición. Nos referimos en este caso a la voluntad, fuerza y seguridad en nuestras decisiones, autocontrol, valor, etc.
El extra en tus competiciones es por tanto algo que debes
conocer y aplicar también en los entrenamientos. Es trabajo del entrenador,
coach, o psicólogo deportivo, el hacer consciente al deportista de la
importancia que tienen las habilidades
mentales; no sólo con el fin de recortar segundos o minutos en las
competiciones de atletismo, sino de sumar experiencias positivas en cada
competición, dando el máximo de nuestro cuerpo y mente en cada prueba.
Entrena tu cuerpo, no
te olvides de tu mente y que ambos
trabajen juntos, nunca por separado. Integra tus emociones en tu entrenamiento
diario y observa tus nuevas sensaciones y la evolución en las pruebas
siguientes.
Me voy a correr... hasta la próxima…
Psicólogo Runner : Martha Alonso
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