En el mercado hay un millón de
zapatillas diferentes que se pueden utilizar.
Las hay neutras, pronadoras, con
más amortiguación, con menos, de competición, de asfalto, de pista, de cross…
Las tiendas especializadas nos
pueden ayudar a decidir que zapatilla nos va a ir mejor.
En este post vamos a hablar de
las zapatillas rápidas/voladoras o de competición en relación con las
habituales de entrenamiento para el atleta popular.
¿Qué diferencia hay?
Lo primero es el peso de la
zapatilla. Una zapatilla convencional pesa entre 300-350 gramos y una voladora
puede llegar incluso a pesar 100gr menos (entre 200-250gr)

Hay que tener mucho cuidado, ya
que, el rendimiento puede ser más alto con este tipo de zapatillas, pero
también, cargan más e incluso un mal uso puede provocar lesiones.
Este tipo de zapatillas sobretodo
están destinadas a ritmo de competición altos y hay que tener en cuenta el peso
de la persona que las lleva, el impacto contra el suelo es más brusco y la
zapatilla no está hecha para “amortiguarlo”, lo que conlleva lesiones y sobrecargas.

Entre medias de estos dos tipos,
encontramos las llamadas “mixtas”. No llegan a ser voladoras, pero tampoco
tienen el peso de una convencional. Pueden ser un buena opción para aquellos
que quieren probar en competición algo un poco más ligero, pero siempre
buscando amortiguación y sujeción para evitar lesiones.
Por supuesto que antes de utilizar un tipo u otro de
zapatillas es recomendable que preguntes a profesionales, ya que ellos te
aconsejaran para ver que se adapta mejor a tus necesidades como atleta.
Equipo VG Running
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