24 de noviembre de 2015

Entrenar en Invierno. Llegó el Frío.

El otoño ha sido bastante bueno este año y nos ha dejado unos días excepcionales para disfrutar de lo que más nos gusta hacer que es correr.

Pocas veces hemos podido entrenar con temperaturas tan altas en el mes de Noviembre, pero como todo lo bueno,  ya se terminó, llegó el frío, las bajas temperaturas, el viento y en muchos casos la nieve.

El frío no es una excusa para dejar de correr. Simplemente tendremos que buscar la forma más adecuada de realizarlo.

Primero, y lo más importante, es que hay que abrigarse más que de costumbre. Es muy  importante mantener las manos y los pies lo más caliente posible ya que hacen que el resto del cuerpo se temple. Los accesorios como los guantes, los gorros, las cintas para los oídos o todo los que nos tape el cuello serán imprescindibles para entrar en calor.

Por supuesto que vamos a intentar salir a correr mientras haya luz del día, ya que por la noche las temperaturas bajan más, pero, en muchos casos no nos quedará más remedio que correr con la luz de las farolas de los parques, por lo que habrá que tomar más medidas contra el frío.

Calentar bien es fundamental. Nuestro cuerpo está “frío” y nuestros músculos agarrotados por lo que siempre lo realizaremos de menos a más y sin grandes cambios bruscos de ritmo, para no sufrir lesiones tontas. Hay que buscar entrar en calor y por ello, si se necesita  haremos el calentamiento más largo de lo habitual.

Muy importante  una vez que hemos calentado es no perder ese calor. Si a continuación del calentamiento tenemos series, estiraremos lo justo y empezaremos con la movilidad y la técnica de carrera, para que el cuerpo esté en movimiento y no bajemos de nuevo la temperatura corporal. Es importante en este punto, que podamos cambiarnos la ropa o por lo menos la camiseta que va más pegada al cuerpo, ya que si hemos sudado lo que tenemos que evitar es que ese sudor se seque y nos agarremos un constipado. Esto siempre lo haremos por supuesto al terminar de entrenar y si llueve con más razón.


Hidratarse también es importante, aunque creamos que no hace falta y nuestro cuerpo no nos lo pida, tenemos que seguir bebiendo agua.


Hay zonas de nuestro cuerpo que sufren más que otras con el frío. Como hemos dicho antes las manos y los pies son los primero que se quedan “helados” pero, también muy importante es la garganta. El aire frío hace que se resequen las vías respiratorias. Esta zona del cuerpo debe de ir bien cubierta, y debemos cuidarla al terminar los entrenamientos.

Respecto a la alimentación, el propio frío nos pide que tomemos comidas calientes. Sobre todo después del entrenamiento hacemos que el cuerpo vuelva a recuperar su temperatura. Comidas más “calóricas”, con proteínas  y aumentando la vitamina C, hacemos que estemos más preparados y llevemos lo mejor posible las bajas temperaturas.


Ahora ya sabemos cómo combatir el frío. Sigue disfrutando de salir a correr y sobre todo piensa que cada día que pase es uno menos para la vuelta a temperaturas más agradables.



Equipo VG Running


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